Chapter 7: Cap 7 Ataque final
El aire de la mañana estaba fresco, y el cuervo blanco en mi hombro parecía más emocionado que yo. Picoteaba mi oreja mientras graznaba instrucciones.
—¡Haruto, primer encargo! Pueblo Kuroyama. Demonios desapareciendo aldeanos. ¡Encuentra y destruye! —dijo, con una voz más chillona de lo que esperaba.
—Bueno, al menos eres directo… y ruidoso —murmuré, ajustando mis katanas.
Había algo emocionante en tener una misión propia. Pero también, un pequeño nudo en el estómago me recordaba que esta vez estaría solo.
El viaje hasta el pueblo fue largo y solitario. Cuando llegué, el lugar estaba inquietantemente tranquilo. Los habitantes parecían nerviosos, aunque no mencionaban nada abiertamente. Sabía que no podían conocer la verdadera razón de mi presencia; para ellos, yo era simplemente un viajero.
pero la tensión era evidente. Usé la excusa de que era un viajero que buscaba cazar animales salvajes.
Un anciano finalmente habló, aunque parecía incómodo.
—Las desapariciones... suelen ocurrir cerca del bosque, después del anochecer. No te acerques por allí.
Le agradecí, aunque sabía que haría exactamente lo contrario.
Cuando el sol se puso, el bosque se llenó de sombras inquietantes. Caminé con cuidado, ajustando mi respiración para mantenerme en calma. Entonces lo sentí: ese hedor metálico de sangre. Seguí el rastro hasta un claro, donde encontré al demonio.
Era enorme, con garras largas como cuchillas y una sonrisa que me dio escalofríos. Estaba devorando su última víctima.
—Otro cazador... —murmuró, lamiéndose los labios. Sus ojos brillaban con hambre.
Antes de que pudiera terminar su burla, lancé el "Destello Fugaz", cerrando la distancia en un parpadeo. Mi ataque alcanzó su hombro, pero no fue suficiente para matarlo. Retrocedí de inmediato, observando cómo su herida se regeneraba.
El demonio era rápido y fuerte, pero sus movimientos eran predecibles. Decidí mantener la distancia, usando "Reflejo Cortante" para desgastarlo con ataques precisos. Finalmente, cuando mostró una abertura, usé el "Brillo Creciente", destruyendo su torso con un giro de ambas katanas.
Aún así, intentó regenerarse. No podía darle tiempo. Lancé un ataque final, cortando su cabeza antes de que pudiera reaccionar. Sus cenizas se dispersaron en el aire, dejando solo el silencio.
—Era débil..
Susurré mientras miraba como el demonio desaprecia en cenizas .
Después de esa misión, los días comenzaron a mezclarse. Misiones nocturnas, demonios cada vez más fuertes, pero también una mejora constante en mis habilidades. Había aprendido a ajustar mi respiración bajo presión y a observar a mis enemigos antes de atacar.
Había completado cinco misiones cuando mi cuervo blanco volvió a encontrarme.
—¡Caw! Haruto, tienes una misión especial. Ayudarás a dos cazadores novatos en el bosque de Akabane. Se ha reportado un demonio de nivel avanzado. ¡Buena suerte! —dijo, como si fuera una tarea cualquiera.
Suspiré. Ayudar a novatos no sonaba tan malo, pero enfrentar a un demonio avanzado era otra historia.
Al llegar al punto de encuentro, vi a dos figuras jóvenes esperándome. Reconocí a la chica inmediatamente: era la aspirante con la que había hablado brevemente en la prueba. La otra figura era un chico alto y desgarbado, que parecía más preocupado por no ensuciar su uniforme que por enfrentarse a demonios.
La chica fue la primera en notar mi llegada.
—¡Haruto! —dijo con una sonrisa que parecía demasiado feliz para la situación—. Qué bueno verte.
Mi mente se quedó en blanco un momento. Sabía que debía recordar su nombre, pero...
—Eh… hola… tú… —dije, forzando una sonrisa mientras trataba de ganar tiempo.
La sonrisa de la chica se congeló.
—¿Tú qué? ¿Acaso olvidaste mi nombre?
El chico alto soltó una carcajada.
—¡Ja! Parece que no eras tan memorable después de todo, Yumi.
Yumi le lanzó una mirada asesina antes de volver a mirarme con los brazos cruzados.
—Soy Yumi, el mismo nombre que te dije hace apenas dos semanas. ¡ Dos semanas, Haruto!
Rasqué mi cabeza, tratando de suavizar las cosas.
Eh… bueno, he estado ocupado con… entrenamientos, demonios… ya sabes.
—Claro, claro, lo que digas —respondió ella, rodando los ojos.
El chico alto extendió la mano hacia mí con una sonrisa confiada.
—Yo soy Renji. No te preocupes, yo también me olvidaría de ella si estuviera en tu lugar.
—¡Renji! —gritó Yumi, dándole un golpe en el brazo.
—Au, tranquila. Solo estaba bromeando —dijo Renji, frotándose el brazo.
Suspiré internamente. Esto iba a ser complicado.
Era una misión de limpieza, común mente no mandan novatos a estás misiones, pero nosotros tres en 3 semanas subimos al rango Mizunoe y probablemente está misión sea nuestro avance a el rango kanoto.
Después de una semana juntos y de haber asesinado 3 demonios ocultos en el bosque pude darme una leve opinión de mis.. compañeros.
Renji era alto, de complexión atlética y cabello castaño claro que siempre llevaba un poco desordenado. Sus ojos ámbar brillaban con un toque de picardía, acompañados por una sonrisa confiada que lo hacía parecer relajado, aunque en el fondo se notaba su seriedad cuando la situación lo requería. Su uniforme de cazador estaba bien cuidado, y llevaba su espada nichirin en la espalda, lista para el combate. Aunque su actitud despreocupada podía descolocar a los demás, el utilizaba la respiración de fuego.
Yumi era una joven de piel clara y ojos oscuros llenos de intensidad, como si siempre estuviera buscando el próximo desafío. Su cabello negro, corto y ligeramente desordenado le daba un aire despreocupado, casi rebelde, que combinaba con su actitud directa.
Su figura esbelta y bien proporcionada reflejaba agilidad más que fuerza bruta, con un cuerpo atractivo sin caer en exageraciones.
práctica que llamativa; cada movimiento que hacía parecía calculado para ser eficiente, no para impresionar. Sin embargo, su elegancia natural no pasaba desapercibida, incluso en su modesto uniforme de cazadora, ella utilizaba la respiración del agua.
Después de días finalmente logramos encontrar el rastro del demonio líder por así decirle de los anteriores que ya asesinamos.
Teníamos el lugar y ahora solamente falta un buen plan.
Mis pensamientos son frenados al sentir unas miradas que no se alejan de mi.
—¿Entonces cuál es el plan, jefe? —preguntó Renji con una sonrisa burlona, mirando hacia mí.
—Primero, deja de llamarme jefe. Segundo, intentemos no morir.
—Vaya, eres todo un estratega, Haruto —dijo Yumi con sarcasmo.
—Es mejor que hablar de más y atraer al demonio antes de tiempo, ¿no crees? —respondí, dándole una mirada de advertencia.
—Touche.
Suspirando sigo.
—Lamentablemente es probable que el demonio sepa que ya lo estamos casando entonces es probable que el nos busque antes.
Yumi interviene y dice.
—Que te hace pensar que te dejará matar.
Niego con mi cabeza
—El estará seguro que nos matara después de todo, tenemos uniformes de simples novatos.
Asintiendo esperamos a la noche.
El bosque estaba silencioso, demasiado silencioso. Sabía que estábamos cerca. Entonces, un grito desgarrador rompió el aire.
—¡Eso no suena bien! —dijo Renji, desenvainando su espada con una rapidez sorprendente.
Corrimos hacia el sonido y nos encontramos con un demonio enorme, con piel grisácea y ojos amarillos brillantes. Tenía cuatro brazos y un cuello completamente lleno de músculos, cada uno sosteniendo una espada hecha de hueso.
—¡Cazadores finalmente aquí estan! —rugió, mostrando una sonrisa llena de dientes afilados
—. ¡Finalmente algo más divertido que simples aldeanos!—
—Genial, un demonio hablador —murmuré, desenvainando mis katanas.
—¿Ideas, jefe? —preguntó Renji, ahora con un toque de nerviosismo en su voz.
—Primero, no se mueran. Segundo… yo lo distraigo
Antes de que pudieran protestar, utilicé Destello Fugaz, moviéndome a una velocidad cegadora para atacar al demonio de frente. Mis katanas cortaron, pero solo lograron arañar su piel endurecida.
El demonio se giró hacia mí, balanceando sus cuatro espadas con una precisión aterradora. Usé Reflejo Cortante para desviar los ataques, pero sabía que no podría mantener el ritmo por mucho tiempo.
—¡Renji, Yumi! ¡Ahora!
Ambos atacaron desde los flancos, intentando cortar los brazos del demonio y así dejar desprotejido su cuello para un golpe cargado. Aunque lograron hacerle daño, el demonio regeneró sus heridas casi al instante.
—¡No es suficiente! —gritó Yumi, retrocediendo.
—¡Haruto, tus trucos de luz no están funcionando! —añadió Renji.
—Entonces es hora de algo más grande —dije, ajustando mi postura.
Utilicé Brillo Creciente, creando un remolino de luz que desintegró las espadas de hueso del demonio, dejándolo temporalmente desarmado.
Renji cargó con fuerza bruta, rompiendo uno de los brazos del demonio, mientras Yumi utilizaba un movimiento rápido para cortar una de sus piernas.
Pero el demonio no iba a caer tan fácilmente. Con un rugido, liberó una nube de sangre corrosiva que nos obligó a retroceder.
—¡Esto es malo! —dijo Yumi, cubriendo su rostro.
Utilicé destellos fugaz para cortar rápidamente los ojos del demonio gigante y me reuni por un leve segundo con renji y Yumi.
—Distraigan con todo usaré mi último ataque
Antes de poder terminar el demonio se encontraba curado y atacando.
Yumi y renji continuaban atacando.
Ambos utilizado posturas de respiración de agua y fuego.
Yumi cortaba brazos pero cada vez que cortaba uno debía bloquear el golpe de otro que la obligaban a ser golpeada.
Lo mismo con renji aunque el parecía más torpe al esquivar y recibia más golpes pero lograba dañas más profundo al demonio.
El demonio abrió sus brazos y comenzó a girar a una gran velocidad.
Renji recibió el golpe de lleno siendo asotado contra un gran árbol incapaz de volver a ponerse de pie.
Yumi logro esquivar los golpes pero igualmente fue atrapada por uno de los grandes brazos del cuello y estaba siendo ahorcada.
—Jefe no se que esperas pero ahora es el momento
Decía renji apenas conciente.
Sabía que teníamos que acabar con él rápido. Había concentrado toda mi energía en Relámpago Dividido, mi ataque más poderoso, mis músculos estaban apunto de estallar y sentía que mis dientes iban a explotar y lancé un corte directo a su cuello mientras el demonio estaba distraído ahorcando a Yumi.
El golpe fue preciso, separando su cabeza de su cuerpo.
El demonio intentó hablar, pero no tuvo tiempo antes de desintegrarse en ceniza
Yumi recuperando el aliento dice.
—Increible.
Y cayó inconsciente.
Dando una vuelta veo a Renji.
—Perdon jefe, tendrás que cargarnos a los 2.
Y cayó inconsciente igualmente.
Con un leve suspiro envaino mis katanas.