Demond Slayer: Luz eterna

Chapter 6: Cap 6 Encuentro en las sombras



Después de que Shinobu se fue seguí entrenando igualmente con la misma rutina.

Después de 2 semanas realmente se volvieron muy sencillas, con un mayor flujo en mi respiración y mayor control de mis katanas finalmente consegui crear mi propia respiración... Ahora solo queda crear algunos movimientos que sean posibles junto con ella.

Al imitar la respiración del trueno y no dejar que su poder explote simplemente como un relámpago, al contrario enfocar todo en un solo punto y dejar que fluya en ambas katanas logro ser 2 veces más rápido que la respiración original, pierde un poco de poder destructivo pero gana en poder de asesinato rápido.

Talvez no pueda partir un edificio pero si asesinar a todos dentro en unos segundos.

movimientos eran más fluidos, mi respiración más controlada y, por fin, las dos katanas se sentían como una extensión natural de mi cuerpo.

Había logrado crear mi propia respiración:

la respiración de la Luz.

Movimiento inicial: "Destello Fugaz"

Un ataque directo, rápido y preciso. Perfecto para cerrar la distancia con un enemigo y cortarlo antes de que entienda qué está pasando.

Zenitsu, observando desde un lado, frunció el ceño.

—¿Eso es todo? Es como el primer movimiento de la respiración del Trueno pero... menos impactante.

—Claro, porque es para alguien que no necesita gritar "¡Relámpago fulminante!" cada vez que se mueve —le respondí, rodando los ojos.

Jigoro, desde la sombra de un árbol, intervino.

—Eso es bastante bueno, Haruto. Aunque no creas que un solo movimiento bastará. Necesitarás más si quieres sobrevivir en el campo.

Así que, ¿que más tienes?.—

Segundo Movimiento: "Reflejo Cortante"

Una ráfaga de cortes rápidos y precisos. Ideal para enfrentar a varios enemigos.

—¡Wow, Haruto! ¡Eso sí que es impresionante! —dijo Zenitsu, aplaudiendo exageradamente—. Pero... ¿y si fallas? ¿Tienes algo más?

Lo miré, suspirando.

—¿Por qué no pruebas entrenar en lugar de ser mi crítico personal?

Zenitsu cruzó los brazos.

—Porque alguien tiene que mantenerte humilde.

Tercer Movimiento: "Brillo Creciente"

Un ataque giratorio que combina ambas katanas, creando un remolino de luz que confunde al enemigo y deja poco margen para defenderse.

Zenitsu aplaude y dice.

—Este es mi favorito—

La montaña Fujikasane era un lugar oscuro y aterrador, rodeado por una barrera de glicinas que mantenía a los demonios atrapados en su interior. Al llegar, vi a otros aspirantes como yo, todos con expresiones de miedo, determinación o, en algunos casos, arrogancia.

El ambiente era tenso mientras un grupo de dos niños apareció para explicarnos las reglas.

—Deben sobrevivir durante siete días dentro de la montaña. No hay restricciones sobre cómo se defienden, pero deben enfrentarse a los demonios.

"Sobrevivir durante siete días". Sonaba simple, pero sabía que no lo sería.

Uno de los aspirantes, un chico alto y musculoso, levantó la mano.

—Oye, niña. ¿Qué pasa si mato a todos los demonios?

La niña lo miró sin parpadear.

—Eso no sucederá.

Zenitsu habría amado esa respuesta si hubiera estado aquí.

Yo simplemente me preparé para lo que venía.

Cuando el sol se puso y la barrera de glicinas se abrió, entramos en la montaña.

El primer demonio que enfrenté fue una criatura enorme con garras que parecían cuchillas. Usé el Primer Movimiento: Destello Fugaz para acercarme, esquivando sus ataques con facilidad y cortando su cuello antes de que pudiera reaccionar.

A medida que avanzaba, encontré más demonios, algunos más peligrosos que otros. Usar mi respiración de la Luz me permitió lidiar con ellos con rapidez, pero el verdadero desafío no era la lucha, sino el agotamiento. Dormir apenas era una opción, y mi cuerpo empezaba a resentir el esfuerzo constante.

Pasaron ya 4 días

Era de noche, y la luna iluminaba tenuemente el bosque. Sentía algo extraño, como si me estuvieran observando. Ajusté mis respiraciones, tratando de mantenerme alerta, cuando de repente escuché risas suaves que resonaban entre los árboles.

—Otro cazador novato —dijo una voz burlona.

Un demonio alto, con ojos brillantes y una sonrisa escalofriante, emergió de las sombras. Su piel parecía cubrirse de un extraño líquido oscuro que goteaba al suelo.

—¿Qué eres? —pregunté, ajustando mi postura y aferrando mis dos katanas.

—Oh, me llaman Kage. Pero no te preocupes, no vivirás lo suficiente para recordarlo.

Antes de que pudiera responder, una sombra alargada salió disparada de su brazo, casi cortándome la cara. Salté hacia atrás, esquivando por poco.

su sangre era especial; podía moldearla como armas a distancia. Cada vez que atacaba, creaba lanzas de sombra que se movían más rápido de lo que podía reaccionar.

Me escondí tras un árbol, respirando profundamente para recuperar el ritmo.

Debo observarlo primero. No puedo malgastar energía si no entiendo cómo lucha.

Desde mi escondite, noté que el demonio parecía disfrutar controlando el terreno a su favor. Atacaba en todas direcciones, obligándome a moverme constantemente. Sabía que no podría ganarle si seguía reaccionando; tenía que anticiparme.

—¿Dónde estás, ratón? —se burló, golpeando el suelo con una lanza de sombra.

Pensé rápido y combiné la velocidad de mi Primer Movimiento: Destello Fugaz con una serie de giros rápidos. Mi objetivo era confundir al demonio creando múltiples "imágenes" de mí mismo.

Surgí de entre los árboles, moviéndome en zigzag, mientras las lanzas de sombra intentaban alcanzarme sin éxito.

—¿¡Qué demonios!? —gritó, lanzando un ataque tras otro.

Esto me dio la apertura que necesitaba para acercarme lo suficiente.

Tercer Movimiento: "Brillo Creciente"

Concentré mi respiración y giré rápidamente, creando un remolino de luz con ambas katanas. Este movimiento es perfecto para cortar múltiples objetivos en un área pequeña. Las sombras que lo rodeaban se desintegraron, dejando al demonio expuesto.

—¡Eso es todo lo que tienes! —gritó, enfurecido.

Su cuerpo se regeneró rápidamente, pero ahora entendía algo crucial: los demonios necesitan tiempo para regenerar partes grandes.

Al verlo enojado y confundido, decidí arriesgarme. Utilicé el movimiento más reciente que había desarrollado esa misma mañana:

"Relámpago Dividido".

Este ataque se basaba en concentrar toda la energía en las dos katanas, usando la respiración para dividirla en dos ataques simultáneos. Uno era directo, dirigido a la cabeza del demonio, mientras que el segundo buscaba cortar su torso en diagonal.

Apreté los dientes mientras cargaba.

—¡Esta es mi oportunidad! —grité, corriendo hacia él con todas mis fuerzas.

El demonio intentó defenderse, creando una pared de sombras, pero mi velocidad fue demasiado para él. Mi primer corte destrozó su brazo, y el segundo dividió su cuerpo antes de que pudiera regenerarse.

Cayó al suelo, con los ojos abiertos por la sorpresa.

—Maldito... humano... —susurró, antes de convertirse en cenizas.

Me dejé caer contra un árbol, jadeando. Cada músculo de mi cuerpo dolía, pero estaba vivo.

—Eso fue demasiado cerca… —dije, mirando mis katanas cubiertas de sangre demoníaca.

Pasé el resto de la noche descansando

El séptimo día fue más tranquilo de lo esperado. Para entonces, los demonios habían disminuido, y la montaña parecía más silenciosa. Sin embargo, no bajé la guardia.

Al llegar al punto de inicio, vi que solo unos pocos aspirantes habían sobrevivido. Entre ellos, el chico arrogante de antes, que ahora estaba cubierto de heridas.

—¿Tú también sobreviviste? —le pregunté, curioso.

—Obvio. ¿Pensaste que yo no? —respondió, tratando de mantenerse digno.

Rodé los ojos.

Los niños con expresiones inexpresivas reaparecieron, entregándonos espadas Nichirin. Cuando recibí la mía, la hoja se tornó de un blanco brillante, casi cegador.

—Parece que tienes talento —dijo la niña, antes de pasar al siguiente aspirante.

Después de entregar las katanas se la fueron entregados los cuervos mensajeros.

Aunque recibí un par de miradas extrañas...

Mi cuervo es.. ¿blanco?

Cuando regresé al dojo, Jigoro y Zenitsu me esperaban.

—¡Sabía que lo lograrías! —dijo Zenitsu, corriendo hacia mí con los brazos abiertos.

—No me abraces. Estoy cubierto de sangre demoníaca —respondí, retrocediendo.

—¡Qué asco! —dijo, alejándose rápidamente.

Jigoro me miró con una sonrisa aprobatoria.

—Buen trabajo, Haruto. Ahora empieza tu verdadero desafío como cazador.—


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