Chapter 16: 16) Por la familia
Todo a mi alrededor parecía ilusorio. Incluso el pasto sobre el que estoy sentado parece real, y a la vez, no lo es. Es un tanto decepcionante haber esperado tanto para poder entrar aquí y encontrar este aspecto fantasmal en el que apenas puedo hacer algo más que caminar, atravesando todo lo que me encuentro. Lo único destacable es una gran puerta adornada con una cinta como si fuera un regalo. Esta puerta oscila entre ser intangible y convertirse en una estructura sólida, completamente de oro. Lo peor es que, después de tanto esfuerzo para abrirla, su interior es aún más decepcionante: una gran torre, varios pisos, todos vacíos, aunque me recuerda a un museo por las estanterías, vitrinas y exhibidores... Un montón de espacios que parecen esperar algo, pero todo está vacío, excepto por una nota en un lugar muy visible. En ella solo se lee: "Esfuérzate por llenar este lugar".
Lo único positivo de esta visita es que pude vislumbrarlo: el camino a otros mundos. Bueno, en realidad no son caminos, pero sentí cómo podría acceder a ellos; todo parecía bastante estructurado y organizado.
Sin embargo, toda esta experiencia me trae recuerdos, algunos muy hermosos, aunque difusos. Ahora sé lo que tengo que hacer, aunque eso implique alejarme de mi familia por un tiempo.
...
Después de una reunión con mis madres y una larga explicación, sucedió esto:
Bella: "¡No te dejaré!" —me gritó mi madre en tono de regaño, abrazándome con tanta fuerza que apenas podía respirar.
Riuz: "Pero es necesario, debo hacerlo."
Bella: "Es demasiado peligroso, no te dejaré."
Riuz: "Pero…"
Bella: "Nada de 'pero'."
Jean: "Bella, sabíamos que este día llegaría."
Riuz: "¿Lo sabían?"
Bella: "No sabíamos nada. No vas a ir."
Riuz: "Pero ni lo notarás, será un abrir y cerrar de ojos, y estaré de vuelta."
Bella: "No, eres mi niño, y te protegeré."
Casi me asfixiaba entre los brazos de mi madre, quien seguía negando mis palabras sin dejarme hablar. Finalmente, Jean y Pan intervinieron, llevándola a tener una conversación seria. No sé de qué hablaron; lanzaron un hechizo para ensordecerme y solo pude ver cómo discutían mientras mi madre me abrazaba y me cubría de besos. Pasaron horas así, hasta Hermione y Luna llegaron de vez en cuando, tratando de averiguar por qué nuestras madres peleaban.
Al final, Bella cedió, aunque con lágrimas y dándome más mimos de lo usual. Esa misma noche, después de que mis hermanas se durmieran, tuvimos una última conversación. Hablamos sobre mi habilidad para visitar otros mundos, y una vez que lo comprendieron lo suficiente, mis madres decidieron ponerme límites sobre a dónde podía ir. Preguntaron si alguna de ellas podría acompañarme, y sentí que sí, pero mi poder aún no es lo suficientemente fuerte para lograrlo. Otro motivo más para empezar este camino y fortalecerme. La idea de visitar otros mundos es emocionante, y hacerlo junto a mis seres queridos lo es aún más; no quiero alejarme de ellos por mucho tiempo.
También organizaron el día de mi partida; no me dejaron marcharme así como así. Ellas estarán pendientes y, en este tiempo de espera, se dedicarán a prepararme para lo que venga.
...
Pasó una semana durante la cual mis madres se tomaron el tiempo para prepararme para mi viaje… y para tener mucho sexo conmigo, siendo Bella la más intensa, incluso de forma algo preocupante, ya que en varios ocaciones ni siquiera me dejaba deshacer su pene.
Me sentía algo agotado, tanto física como mentalmente. Tres madres son bastante… pero la intensidad de Bella destacaba, dándome una sensación extraña cada vez que me miraba, una vibra preocupante.
Como ahora, recostado en su cama, con ella abrazándome, ambos desnudos y sudados. Intentaba alejarme un poco, pero era imposible; me tenía bien sujeto, acariciándome con ternura.
Riuz: "Ma, creo que estás demasiado cerca."
Bella: "No lo suficiente." —dijo, presionando su cuerpo aún más contra el mío y rodeándome con sus brazos, mientras sus manos descendían por mi espalda hasta llegar a mis nalgas, apretándolas.
Riuz: "No hagas eso, no me gusta cuando tu…" —traté de decir mientras un escalofrío me recorría, pero en ese momento me interrumpió con un beso.
Bella: "No te preocupes, mamá no te hará daño. Solo tienes que dejar que me encargue de todo." —su tono era cariñoso… pero de una forma inquietante.
Riuz: "¿Mamá?"
Bella: "Tranquilo, solo relájate. Te haré sentir muy bien; puede que sea incómodo al principio, pero te acostumbrarás." —dijo mientras sus manos se deslizaban peligrosamente hacia donde no quería que llegaran.
Riuz: "¡Mamá! Me estás asustando." —dije, sintiéndome un poco aterrado, pero ella parecía no escuchar, o simplemente ignoraba mis protestas, como cuando un adulto desestima los miedos de un niño por considerarlos insignificantes.
Bella: "Shhh… es normal sentir miedo, pero aquí está mamá. Mamá se asegurará de que todo esté bien." —me susurró con una sonrisa tranquila.
Justo en ese momento, cuando sentí que empezaba a presionar sus dedos de manera incómoda, reaccioné. Coloqué mi mano en su pecho y liberé una fuerte luz celeste… pero no pasó nada, excepto que ambos intercambiamos una mirada confusa mientras mi mano seguía ahí, en su pecho.
Bella: "¿Qué fue eso?" —preguntó sin dejar de manosearme, haciendo círculos suaves con sus dedos en mi trasero.
Riuz: "Esperaba que fueras otra persona haciéndose pasar por mi mamá o que mi poder te estuviera afectando… pero parece que no fue así." —dije abatido, realmente deseando que hubiera sido así.
Bella: "Jeje, mi Riri, no tienes que alterarte tanto, no voy a hacerte nada malo" —dijo, besándome con una intensidad que me desorientó, como solía hacer siempre— "Mamá solo te está ayudando a sentirte aun mejor. Sé que te gustará, te gustará tanto que, en el futuro, no podrás vivir sin esto... sin mí. Dolerá un poco, pero te acostumbrarás, y yo estaré aquí para ayudarte. Te encantará."
Estaba hundido en la desesperación. Su mirada determinada y segura, y sus palabras, me llenaban de horror. Me tenía sujeto con tanta fuerza que era evidente que no pensaba dejarme ir. Mis súplicas parecían no afectarle o las tomaba como algo sin importancia, y ella solo insistía, ignorando mi angustia. Lo único que se me ocurría era usar mis poderes, pero no tenía un control total sobre ellos, y temía hacerle daño. No podía soportar la idea de lastimarla. Me sentía tan agobiado, atrapado e indefenso que terminé explotando emocionalmente, llorando en sus brazos.
Riuz: "¿Por qué...? ¿Por qué...? Íbamos tan bien..." —murmuré, aferrándome con fuerza a lo primero que tuve a mano.
Bella: "No llores, aún no he empezado. Me aseguraré de que sea lo menos doloroso posible. Tenemos hechizos para resolver cualquier inconveniente que surja."
Riuz: "¿Por qué tienes que ser así?" —dije, mirándola a los ojos— "No quiero esto, pero no puedo defenderme de ti. ¿Por qué no puedes simplemente dejar de quererlo o ser una... peor madre, para no sentirme culpable al defenderme?" —agregué, mirándola con reproche.
Bella: "No tienes por qué defenderte" —dijo, mirándome con una pequeña duda en sus ojos.
Riuz: "Jean, Pan, tú… son las mejores madres que podría tener, las mujeres más buenas y hermosas que el mundo ha conocido, pero... ¿por qué debe ser así? Yo debería ser... yo quiero poder amarte a mi manera, que seas mía, pero siempre es al revés, y eso me duele. ¿Por qué te esfuerzas tanto en esto? Todos estos días, quería negarlo, pero ahora veo que todo... estabas llevando las cosas a esto desde hace tiempo. ¿Por qué lo quieres tanto?"
La miré, mis ojos llenos de lágrimas, y noté en su rostro algo de conflicto, aunque no lo suficiente como para detenerla. Me dolía ver que mi llanto no parecía afectarle del todo. Me di la vuelta para darle la espalda, aunque ahora pienso que no fue la mejor idea… pero estaba desesperado.
Riuz: "No quiero perder esto... Tenerlas a ustedes ha sido lo más maravilloso que me ha pasado. Si esto es el precio que tengo que pagar para no perderte, entonces haz lo que quieras conmigo, con tal de seguir contigo…" —dije, produciendo en su mirada un destello de sorpresa.
Pronuncié esas palabras, cada vez más débil, rindiéndome y esperando que mi madre continuara con lo que estaba tan decidida a hacer. Me preparé mentalmente, pero no sentí nada más que unos brazos rodeándome, esta vez no para sujetarme, sino para transmitirme calidez.
Bella: "Somos... más parecidos de lo que pensaba" —dijo, apoyando su nariz en mi cabello y respirando suavemente, mientras me acariciaba con amabilidad, diferente a ese deseo dominante que había mostrado antes.
Riuz: "¿Qué?" —pregunté, tartamudeando, al notar cómo el ambiente había cambiado por completo.
Bella: "He sido una mala madre, mi Riri... ¿puedes perdonarme?"
Riuz: *sniff* "No tienes nada que perdonar. No eres una mala madre, eres una de las mejores" —respondí sollozando. Aunque no me gustaba lo que estaba pasando, en todo lo demás, ella era excepcional. Quizás, con esto, ella realmente pensaba que estaba bien aunque yo no lo quisiera.
Bella: "No, no lo soy... En realidad, te estaba escuchando, vi lo renuente que estabas, cómo te oponías... pero aun así, pensabas seguir adelante, aunque no quisieras."
Abrí los ojos sorprendido, girándome para mirarla con una mezcla de incredulidad y dolor. No podía creerlo. Aunque me resistí, ella había actuado como si no entendiera mi situación a pesar de que se lo dije; incluso usé mis poderes para asegurarme de que no estuviera afectada por algo. Pero que ahora me diga que sí lo sabía y que aun así no le importó... eso dolía. Me sentía... traicionado.
Riuz: "¿Por qué?!" —pregunté enojado, aunque sin la fuerza suficiente para realmente enojarme con ella.
Bella: "Como te dije, somos iguales. No quería perderte."
Riuz: "¿Perderme...?" —La miré, incrédulo, sin entender lo que intentaba decirme. Para mí, lo que hacía parecía provocar exactamente lo contrario— "Explícate... No entiendo qué tiene que ver 'romperme el asterisco' con eso."
Bella: "Todo es tu culpa" —se quejó en un tono infantil, abrazándome contra su cuerpo, haciendo que ciertas partes entre nosotros se tocaran, pero eso ya no importaba—. "Apareces un día con el poder de visitar otros mundos, recordándome algo horrible."
Riuz: "¿Algo horrible?"
Bella: "Que algún día te irás... y me dejarás" —dijo, mirándome con angustia y un dejo de reproche—. "Trato de ignorarlo desde hace tiempo, pero tú me lo recordaste. Un día crecerás y encontrarás a una chica linda que te alejará de mí, esa sucia perra."—sollozó de manera casi cómica— "Eres el niño más maravilloso del mundo, y sé que todas las chicas estaran sobre ti. Algún día te irás, dejarás sola a tu madre… y no podré soportarlo. Esta familia me salvó, lo es todo para mí. No puedo vivir sin ella… y perder a cualquiera de ustedes sería peor que morir."
Riuz: "¿Qué?" —repetí cada vez más confundido.
Bella: "Entonces me dije a mí misma que no podía permitir que eso pasara. Tenía que hacer que decidieras quedarte conmigo para siempre, que nadie te pudiera alejar. Quería asegurarme de que no pudieras vivir sin mí, así estaríamos juntos para siempre."
Riuz: "¿Rompiéndome el culo?"
Bella: "Tenía que darte algo que ninguna otra chica pudiera darte. Sabía que, si lograba que te gustara, te engancharías. Me funcionó con Jean y Pan; ellas no pueden vivir sin mí, como yo no puedo vivir sin ellas. Quería lograr lo mismo contigo… que no pudieras vivir sin mí."
Riuz: "Hssss..." —solté un suspiro de incredulidad—. "¿Cómo llegaste a esa conclusión?" —todavía no terminaba de procesar lo que decía.
Bella: "No lo sé, estaba desesperada... sólo no quería perderte."
Riuz: "¿Y qué pasa con Hermione y Luna? ¿Por qué empezar conmigo? ¿El plan era el mismo para ellas?" —pregunté tratando de entender su lógica.
Bella: "No, sólo pensaba en mantenerte a ti conmigo. Con ellas no es necesario."
Riuz: "¿Qué? Pero dijiste que perder a cualquier miembro de la familia sería peor que la muerte. ¿Por qué soy el único que termina violado?"
Bella: "Pfff... como si no entendieras cómo son tus hermanas. Es imposible que Luna se aleje de la familia. Ella misma encontraría la forma de quedarse, incluso si tuviera que arriesgar todo, no sobreviviria de otra manera. Y Hermione… sabes lo mucho que te tiene en la mira. Mientras tú estés aquí, ella estará aquí, le importan pocas cosas más que tú. Así que, mientras te tenga a ti, ellas también se quedarían."
Riuz: "Hmmm..." —gruñí un poco en aceptación, pensando que tal vez ella tenía razón—. "Detesto que tengas razón."
Bella: "¿Puedes perdonarme? Pensé solo en mí misma. Pero al escucharte, entendí que, en realidad, ambos estamos dispuestos a sacrificarnos de la misma manera para no perder a nuestra familia. Queremos lo mismo. Perdóname, Riri."
Riuz: "Te perdono… creo. ¿Aún quieres hacerme…?"
Bella: "No negaré que es tentador y me muero por intentarlo, pero no haría nada que no quisieras, a menos que sea por tu propio bien."
Riuz: "Qué alivio" —suspiré, aliviado de no tener que dormir boca arriba todas las noches. Luego la miré y pensé en lo que había dicho— "No pensé que era el único con un deseo tan fuerte de mantenernos unidos, hasta el punto de la locura."
Tenía razón; somos iguales. Si yo hubiera estado en su lugar y hubiera tenido la misma idea, probablemente lo habría hecho también. De hecho, tenía ideas similares sobre cómo mantenernos juntos, porque, como ella dijo, la vida sin mi familia sería un infierno. Ahora que mis poderes me mostraban nuevas posibilidades, sólo me faltaba encontrar una forma de convencerlas de quedarse para siempre. Pero, al ver que no soy el único con esta locura, me siento más tranquilo… sé que alguien me apoyaría.
Así, mi madre y yo terminamos hablando un poco más, incluso de algunas ideas vergonzosas de "qué pasaría si…". Aunque algunas cosas fueron incómodas, la conversación fue agradable. Ya no sentía esa vibra peligrosa, y, dentro de todo, estaba a gusto.
Bella: "Entonces… ¿de verdad querías tanto tomar el control?" —me preguntó con una mirada traviesa. No pude responderle de la vergüenza, pero no hacía falta; ella simplemente se apoyó en la cama, levantando el culo y usando sus manos para separar sus nalgas—. "Creo que puedo ayudarte un poco con eso… y compensar esta mala situación."
La miré, sintiendo una mezcla de incomodidad y tentación al verla ofreciéndose así. Esa mirada provocativa, como diciéndome "Ven si te atreves," me daba tanta curiosidad como nervios. Decidí tomar la iniciativa, porque después de todo, parecía justo un "ojo por ojo." Sujeté sus firmes nalgas y, con cuidado, apunté mi pene hacia ese agujero estrecho, aunque algo me hacía cuestionarme por qué se veía tan… inexplorado, considerando todo lo que había oído que mis madres hacían.
Bella: "¡Ahhh! Riuz, ten más cuidado… es demasiado para mí" —dijo, fingiendo una expresión de sorpresa mientras yo apenas comenzaba.
Estaba confundido. Con el tamaño de mi pene y lo que sabía de ella, estaba seguro de que esto no debería ser un problema. Y entonces, la escuché de nuevo.
Bella: "No te esfuerces tanto, o no quedará nada de mí para Jean y Pan, y se enojarán contigo."
Ese tono y la sonrisa que esbozaba me hicieron entender: estaba fingiendo. Fingía para hacerme sentir más seguro, para agrandar mi ego. Lo peor era… que funcionaba. La mezcla de furia y atracción hizo que aumentara la intensidad de mis movimientos, aunque ella no dejaba de murmurar cosas provocativas con un tono que, aunque obviamente fingido, lograba sonar terriblemente convincente.
Estaba entre molesto y encantado. Bella sabía exactamente cómo hacer que un hombre se sintiera más hombre, usando las palabras correctas, ya fuera siendo dominante o sumisa. Su habilidad en esto me hacía darme cuenta de lo mucho que aún me quedaba por aprender para "superarla." Y cuando, al terminar, la vi cojear ligeramente mientras se vestía, me quedaba claro que su actuación era impecable. Pero también me hizo ver la suerte que tenía de estar con alguien así.
...
Llegó el día en que mis madres estaban listas para dejarme partir. Cada una se aseguró de que tuviera todo lo necesario, y por suerte contaba con esa puerta mágica que podía almacenar cualquier cosa en su interior; de otra forma, no habría podido llevar ni una décima parte de todo esto. Tenía conmigo dinero en forma de metales preciosos y joyas, medicinas, pociones, comida, herramientas, armas, artefactos mágicos, ropa, suministros de supervivencia… y muchas otras cosas.
También recibí entrenamiento en diversos aspectos: magia, algunos hechizos básicos, técnicas de supervivencia, qué hacer si me perdía, cómo interactuar con desconocidos y de qué personas y lugares debía mantenerme alejado. Mis hermanas no entendían por qué nuestras madres habían empezado con todo esto, pero no era momento de que lo supieran, así que tuvimos que ocultárselo, a pesar de su evidente desconcierto... *coff* Hermione.
Y bueno, aqui estoy, en el patio de mi casa con mis tres madres mirandome, abrazandome y llorarndo por mi partida, aunque sepan que aparecere muy pronto si las cosas iban tal cual predije. El mundo que seleccione era un muy seguro, ellas me olbigaron a que asi sea, pero aun asi estaban preocupadas.
Pasé unos buenos 45 minutos consolándolas, prometiéndoles que volvería mejor de lo que soy ahora, que haría que se sintieran orgullosas de mí y que me esperaran con ganas… incluso para una buena batalla en la cama.
Y con un *pop* desaparecí.