Fate: Edmund

Chapter 3: Chapter 2



mirándose cara a cara.

Edmund rompió el silencio.

-Cuñado, ¿cometí un error?

Edmund miró a Kayneth a los ojos, con una expresión triste de cachorro y la cabeza inclinada. Kayneth puso los ojos en blanco, sin seguirle el juego. Sabía que Edmund estaba jugando con él.

-No más bromas, Edmund, en unas semanas ya no estaré en la torre del reloj.

Edmund no entendía por qué le decía eso.

-¿Vas a participar en la guerra del Santo Grial? No sabía que te interesaban esas antiguas tradiciones orientales, cuñado.

A Kayneth se le contrajo la frente. Supuso que ya estaba al tanto de todo.

Sin ocultarlo por más tiempo, Kayneth le contó todo: su participación en la guerra del Santo Grial y cómo planeaba enaltecer aún más su nombre como señor. 

Sin prestarle atención, Edmund preguntó: ¿Ya tienes una reliquia para la invocación?

-...si, tengo el catalizador perfecto para el concurso, Alejandro Magno, en unos días me lo traerán.

-El gran rey conquistador, unió a varios países bajo un mismo estandarte, hijo de Zeus y gran general. No sólo rebosa fama, sino que también goza de una reputación de primer orden.

Kayneth no pudo contener su sonrisa ante el elogio de Edmund por el catalizador que había logrado.

Edmund sintió que la nariz de Kayneth se agrandaba ante el elogio de Edmund.

Kayneth, el niño prodigio más joven de su época, no soportaba a Edmund, no cuando era tan orgulloso. Bajar la cabeza como un perro no le sentaba bien, pero tenía que hacerlo si quería llevarse bien con Edmund, ya que era el hermano menor de su prometida.

Quería mantener las apariencias para que Edmund tuviera una opinión favorable de él, por lo que le contó a Edmund su participación.

Estaba seguro de que Edmund comprendería el gesto de bondad que le estaba demostrando al contarle sus planes.

-Sí... que lo pases bien en el extranjero, cuñado.

Edmund no tenía nada que comentar sobre su participación o el catalizador que Kayneth había encontrado, no quería hacer más comentarios porque sabía que Waver robaría la reliquia.

Edmund se levantó y caminó hacia la salida y se despidió de Kayneth.

No estaré en la torre del reloj por un tiempo, cuñado, adiós.

Fuera de la oficina, Edmund suspiró cansado, sintiendo que sus hombros se tensaban.

-No se siente bien decir adiós, uff.

Estiró los brazos para sacudirse el cansancio de hablar con Kayneth. Cada vez que habla a solas con Kayneth, se siente cansado y somnoliento, por lo que se estira un poco después de salir, para no perder la energía que le quita.

Edmund no le dio tiempo a Kayneth para responderle sobre su partida, bueno, no dijo a dónde iba, solo que no estaría presente por un tiempo en la torre del reloj.

El caso es que Edmund viajará al extranjero en busca de algunas reliquias. Si no quería ver a Diarmuid, necesitaba encontrar otros catalizadores. Menos mal que los encontró, pero lo malo es que tiene que ir personalmente a recogerlos.

Él era paranoico, no quería que nada les pasara a las reliquias que mandó a buscar, no necesitaba errores en algo tan frágil y delicado como las reliquias.

Fue bueno que se reencarnara en una familia rica, su padre Rufleus, le dio mucho margen de maniobra ya que la joven promesa, con una cantidad de solo 117 circuitos mágicos, se elevaba sobre los demás magos, incluido su padre que era un señor.

La cantidad de circuitos mágicos determina al mago, pero con Edmund, que tiene más de 110 circuitos mágicos de primera calidad, con esa monstruosa cantidad, Edmund bombea prana como si estuviera bombeando petróleo en medio del mar.

Y qué pasa con el emblema familiar, Edmund no lo necesitaba, siendo el último de los tres hermanos, creía que no se le transferiría, pero no importaba, Edmund estaba forjando sus propios circuitos mágicos en un nuevo emblema que él creó. Si bien necesita poner algunos de sus propios circuitos en el emblema y pasárselo a la siguiente generación para que siga creciendo, Edmund encontró una manera de transferir los circuitos mágicos de otras personas a él.

No es nada ético, Rufleus, su padre se centró en la nigromancia, en manipular cadáveres. Edmund aprendió por sí mismo a manipular a los muertos, resucitándolos como zombis, y cuando esto sucedió, se encargó de extraer los circuitos mágicos que tenía.

Crea un círculo en el suelo donde establece; transferencia de circuitos. Aunque nacen con cierta cantidad de circuitos, Edmund estableció un método para poder quitar los circuitos de las personas muertas o vivas. Si están muertas, cambia el círculo para que sea; muerto está vivo, transferencia de circuitos.

No siempre funciona, prácticamente si le quitas los circuitos mágicos a un mago, le estarías quitando la vida misma, por esta razón solo lo hace con los muertos que aún están bien conservados. 

Diarmuid es un buen sirviente, pero demasiado frágil con las emociones, no necesita a alguien tan aburrido en la guerra del santo grial. Diarmuid es muy caballeroso, y en una guerra del santo grial no necesitas una lucha de igual a igual con otro sirviente que podría vencerlo fácilmente.

-Encontraron unas reliquias interesantes, jajaja.

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Voy a crear un patreon para ingles y español, no sé... siento que hay hispanohablantes por aquí...

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