El Dios Errante

''Ow~ Esto es impresionante, una de mis mejores creaciones'' Dijo Kiiroi con una sonrisa siniestra.

Mirando en su mano un pequeño cristal que flotaba en el aire mientras tenia pedazos de metal como si estuvieran estos anclados al cristal.

Y pronto con una flexión de su E.D esa cosita se transformo en una balanza dorada que flotaba en su mano.

''El Decreto Equitativo Mundial, ese será tu nombre...'' Poco después de decir dichas palabras, ciertas ondas surgieron de lo mas profundo de el nucleo del planeta, estas se esparcieron a través de la corteza terrestre y pronto se congregaron en un solo punto.

Japón.

Pero estas desaparecieron tan pronto como se congregaron, siendo que un hilo tan fino como un átomo, este se conecto directamente con la balanza la cual soltó cierto pulso al aire.

Desapareciendo tan pronto como se lanzo.

''His~ Es demasiado mana, la cantidad que tiene Summer es muy inferior a este'' Dijo Kiiroi mirando como su habitación se lleno de un mana ultra condensado que incluso se volvió azul oscuro.

Por no decir el otro mana que se disperso en el aire exterior.

''Eso va a ser un problema... Pero no para ti, ¿cierto Koko?'' Volteo a mirar a un pequeño ¿Zorro-gato?  ¿Gato-Zorro?

Basicamente tenia el cuerpo alargado y felpudo como lo haría un zorro, solo que su tamaño era como el de un gato en estatura.

Además de tener el hocico un poco alargado junto con las orejas de un zorro, ademas de una cola que coincidía con su cuerpo.

Este pequeño animal el cual era tan improbable que existiera, estaba ahí en la habitación de Kiiroi acostada en su cama.

Y cierto, olvidamos mencionar que Kiiroi tenia una mascota.

Ella era Koko, la cosa rara que se encontró hace años en su patio.

Pero nos desviamos del tema.

La pequeña cosa llamada Koko solo gimió en la cama, acostumbrada ya a los delirios de su dueña.

Ya que al estar expuesta constantemente a E.D durante años, le hizo desarrollar una inteligencia superior al promedio.

Cosa que también nos lleva a la siguiente situación.

La cosita llamada Koko ahí, es la primera bestia de mana en siglos.

Por lo que también puede mirar el mana en el aire, y el expulsado por la balanza de Kiiroi solo hizo que le diera sueño al sentir como si estuviera metida en un baño cálido de burbujas.

''Entonces es un si, me tengo que ir otra vez Koko. No olvides que comer humanos te va a dar malestar, así que solo dejalos en el bosque'' Regaño a Koko, como si fuera una madre preocupada.

Cosa que Koko simplemente respondió con un gemido lastimero.

Porque en el transcurso de las semanas después de el primer incidente del asesino, han habido mucha gente que trata de entrar a su casa, así que Koko solo se los come.

Extraño, ¿no es así?

No para Kiiroi.

Son enemigos y deben ser eliminados, ademas el primero que logro entrar hizo en primer lugar que Kiiroi pusiera a Koko a proteger la casa.

No es que sus hermanas supieran.

Pero justo ahora tenia algunos problemas que resolver.

Y en este se incluye mucha gente molesta.